04/11/2022
Los cables, aunque estén ocultos, forman parte de la vida diaria de todos nosotros. Conducen la electricidad y, por lo tanto, gracias a ellos podemos encender la bombilla o cargar el teléfono móvil, por ejemplo. Ahora bien, cuando nos toca reparar o sustituir algún cable, nos resulta muy complicado porque somos incapaces de diferenciarlos.
Lo primero y más importante es conocer con detalle cuál es la composición de un cable. A diferencia de lo que pueda parecer, es muy sencilla. El elemento principal es el conductor eléctrico y, tal y como su propio nombre indica, es la parte encargada de transportar la electricidad. El aislamiento es lo que recubre al conductor, y la capa de relleno está entre el aislamiento y el conductor para darle al cable un aspecto homogéneo y circular. Y, por último, la cubierta, que protege al cable del exterior.
Color de los cables
Una de las formas más rápidas y sencillas de diferenciar un cable de otro es fijándonos en su color.
Si es verde y amarillo, significa que estamos ante una toma de tierra. La toma de tierra no lleva corriente eléctrica, de forma que sólo cumple un papel de protección. Este tipo de cables van hacia el cuadro eléctrico de las viviendas, y desde este punto parten hacia la toma de tierra del edificio.
Un cable de color azul es neutro, mientras que el marrón es de fase, aunque también puede ser gris o negro, en función del color del aparato en cuestión. Este es el cable con el que más cuidado debemos tener ya que tiene una tensión de 220 o 230 voltios. Sólo puede ser manipulado por profesionales.
El cable que podemos observar en la mayor parte de instalaciones es de color negro. Se trata de un cable de fase, que en algunos casos también es blanco. ¿Y el cable blanco? Es neutro y puede ser una toma de tierra, pero únicamente se conecta al transformador para llevar la energía de vuelta.
La función del cable neutro es la de permitir que la corriente regrese. Para poder realizar la transmisión, la electricidad requiere de dos conductores.
Cuando vemos un cable con rayas significa que es neutral. Y, por último, el cable multicolor, de corriente o de carga, con el rojo como color más frecuente.
Y, por último, cabe señalar que el voltaje de una instalación eléctrica es la diferencia de potencial eléctrico que existe entre el cable de fase y el cable neutro.
Tipos de cables
El siguiente paso consiste en conocer los diferentes tipos de cables que existen. La variedad es prácticamente ilimitada, de forma que vamos a centrarnos en los principales criterios que se utilizan para diferenciarlos unos de otros.
- Estructura: en lo relativo a la estructura, podemos encontrar cables coaxiales, redondos, trenzados, rígidos, flexibles, planos, sin aislamiento, con blindaje… La selección es muy amplia.
- Hilos conductores: en función del número de hilos conductores que tengan los cables pueden ser unipolares, multipolares o mangueras. Estos últimos son aquellos que tienen dos o tres conductores rodeados de un material de protección.
- Tipo de conductor: este es uno de los criterios que más se utilizan en la actualidad para clasificar los cables. Si es de alambre desnudo significa que no tiene ningún tipo de recubrimiento y es rígido. Mientras, si es aislado, es rígido pero sí cuenta con recubrimiento.
- Tipo de aislamiento: y, por último, el tipo de aislamiento, muy importante para proteger el conductor eléctrico de los elementos externos. Los termoestables son de cobre revestido o mineral aislado (MICC), de polietileno reticulado (XLPE) o etileno-propileno (EPR). Los termoplásticos son de polietileno (PE), de policloropreno, neopreno o plásticos (PCP) o de policloruro de vinilo (PVC).