19/05/2021
La etiqueta de eficiencia energética es una pegatina que indica la calificación de un electrodoméstico en base a una escala que analiza su consumo. La escala se compone de siete letras: de la A a la G, siendo A la mejor calificación y G la peor. Además del consumo eléctrico y la calificación, la etiqueta también indica cuánta agua utiliza la lavadora o la capacidad de almacenamiento del frigorífico, por ejemplo.
Hasta ahora la letra A se subdividió en tres categorías: A+++, A++ y A+. Desde enero de 2021, los electrodomésticos pasan a utilizar un nuevo etiquetado para indicar cuál es su eficiencia energética. Desde el año 1994 las etiquetas de la UE han servido para que los consumidores comprendan durante el proceso de decisión de compra el gasto energético de los electrodomésticos. Para actualizar la clasificación y simplificar el etiquetado, la Comisión Europea aprobó el nuevo sistema en el año 2019. Por lo tanto, vuelven a utilizarse las etiquetas que van de la A a la G, y desaparecen las subcategorías A+++, A++ y A+.
Por lo tanto, a partir de ahora los electrodomésticos de bajo consumo más eficientes, que antes forman parte de la clase A+++, pasarán a ser como mucho de la clase B. Todo con el objetivo de dejar un cierto margen de mejora a la eficiencia energética de los nuevos aparatos. Es decir, en principio, la clase A, la más eficiente de todas, quedará desierta.
Las nuevas etiquetas no se limitan a informar del consumo eléctrico de los electrodomésticos, sino que también aportan datos acerca de la capacidad de almacenamiento, el ruido o el agua utilizada por ciclo de lavado. A todo esto, hay que sumar la obligatoriedad de incluir un código QR para que los consumidores puedan obtener más información sobre el producto escaneándolo.
Los aparatos eléctricos, que por ley, deben tener la etiqueta de eficiencia energética son los siguientes: televisores, pantallas, lámparas, bombillas, hornos eléctricos, lavavajillas, secadoras, lavadoras, neveras y congeladores.
¿Cuáles son las ventajas que ofrecen los electrodomésticos de bajo consumo?
Una de las principales razones por las que merece la pena invertir en este tipo de electrodomésticos es porque garantizan una mayor eficiencia y ahorro energético. Aunque su precio de venta es más alto, tardarás apenas unos meses en rentabilizar la inversión porque el ahorro puede ser de hasta un 50% en el consumo de energía eléctrica. Pagarás mucho menos de factura de la luz, y tu bolsillo lo agradecerá.
El hecho de que los electrodomésticos de bajo consumo hagan un uso más eficiente de los recursos también conlleva una mayor durabilidad. Se trata por lo tanto de una gran inversión a largo plazo. Y no hay que olvidar el impacto tan bueno que tienen en el medio ambiente. Cuidar el entorno natural es tarea y responsabilidad de todos, y adquiriendo este tipo de aparatos tú también puedes aportar tu grano de arena.
Los mejores consejos para elegir un electrodoméstico
Más allá de la eficiencia energética, hay una serie de consejos clave a la hora de elegir un electrodoméstico doméstico. Es importante pensar en las necesidades tanto presentes como futuras de la familia. En el caso de la lavadora, una con 4 kilos de carga es suficiente para una única persona, mientras que se necesita un modelo de 7 kilos para familias de tres o cuatro personas. También hay que valorar los decibelios. Los modelos silenciosos tienen entre 45 y 50 decibelios.
Otro aspecto relevante es el consumo de agua en las lavadoras y lavavajillas. Muchos de los modelos actuales ofrecen funciones como “eco” o “media carga”.